Nuestra gran amiga Nagore Pastor, lindy hopper bilbaína residente en Barcelona, ha estado estas fiestas en Estocolmo asistiendo al evento swing más reputado de todo el invierno: el Snowball. La hemos pedido que nos relate un poco su experiencia.
Mi primer snowball, por Nagore Pastor
Desde hace mas de cuatro años bailo lindy hop y he asistido a grandes eventos y festivales como la Barswingona, Gastroswing, Munich Lindy Exchange, Swinging Under the Moon, Zaraswing o Frankie 100 en NY el año pasado. Pero tenia la espinita clavada con Snowball, llevaba dos años queriendo ir y por fin este Fin de Año he podido cumplir el sueño! Snowball es de esos festivales de los cuales todos hablan maravillas, había visto muchas fotos de profes que en algún momento me han dado clase asistiendo…y prometía. El día antes de que se abrieran las inscripciones unos amigos de Barcelona me convencieron a apuntarme con ellos y así pasar Noche Vieja todos juntos en Estocolmo en Snowball. Dicho y hecho, al día siguiente realice la inscripción.
Como era el primer año que íbamos, optamos por coger solo el pase para la cena de Fin de Año y especular a encontrar entradas sueltas a las fiestas del día 30 y día 1. La jugada nos salió bien, pero reconocemos que es muy arriesgado, para la fiesta del día 30 tuvimos que hacer mas de dos horas de cola porque las entradas vuelan. Nos costo quedarnos sin cena esa noche! El día 1 de Enero ya queda menos gente y no fue tan difícil conseguir entrada, muchos locales prefieren quedarse en casa y recuperarse de la resaca.
Nos alojamos en el mismo Hotel Clarion Sign, donde se celebra el evento por comodidad. El hotel esta muy bien, la tarifa que la organización negocia incluye desayuno. Las únicas pegas: no es barato, en el hotel hace mucho frío, desde las habitaciones se oye la música del evento.
Lo mejor del festival son sin duda tener a las mejores bandas de swing del momento reunidas bajo un mismo techo y dudar a que sala acudir a bailar; si quedarse en la sala principal y bailar al compas de Gordon Webster y su Banda. O si subir a la sala de Balboa donde se encontraban Naomi & Her Handsome Devils dando mucha caña. A ratos fue difícil decidirse.
Me encanto poder bailar con gente de tantas nacionalidades; Turcos, Italianos, Finlandeses, Alemanes, Suecos y algún que otro Español – que parecía que no pero eramos un buen puñado de gente de Terrassa, Barcelona, Madrid, Zaragoza y una Bilbaína. Ademas me encanto volver a ver caras conocidas de gente y profes que vas conociendo en festivales por el mundo y poder volver a bailar con ellos.
Después de la cena de Fin de Año, que es de gala y requiere vestirse de etiqueta, comienza el baile hasta poco antes de las 12 de la noche en donde a todos los participantes nos entregaron una copa de cava para brindar. El grupo de Españoles no falto a la tradición de comerse las 12 uvas a pesar de no poder ver la emisión desde la Puerta del Sol. No voy a relevar el s
ecreto, pero la entrada al Año Nuevo fue de traca.
Así que ya sabéis, si queréis vivir una experiencia a recordar y una Noche Vieja diferente…. Snowball promete y a mi no me ha defraudado. Feliz 2016!!