Este pasado fin de semana estuvimos en uno de los eventos más esperados, el Swinging Undermoon. Uno de los más esperados porque solo se había celebrado una edición, y fue en 2013, y también porque el elenco de profesores, todos suecos, debutaban en el territorio nacional.
Entre los profesores, para mi el principal reclamo de este festival, se encontraban Asa y Daniel Heedman, Fredrik y Mimmi, Sandra y Emil, Gabriela y Felix y Anders y Marie. Todos máximos exponentes de la escena sueca, una de las precursoras de la recuperación del Lindy Hop allá por los años 80.
Así pues el pasado miércoles nos enzarzamos en un nuevo viaje, esta vez a Valencia. Ya en cuanto llegamos el tiempo casi veraniego que disfrutaba la ciudad levantina nos hacia presagiar que iban a ser unos buenos días.
El miércoles comenzaba el festival con una clase a modo de recibimiento por parte de Asa y Daniel a todos los que llegábamos desde fuera. Desgraciadamente no llegamos a tiempo aunque los comentarios de los asistentes ya nos aseguraban que las clases iban a ser de muy alto nivel.
El Ateneo Mercantil de Valencia acogía las fiestas y parte de las clases en esta edición. Un edificio del siglo XIX en el que se habían colocado más de 300 m2 de tarima en su sala principal. A parte de esta sala, otras dos salas en este mismo edificio y la sala principal de la Spirit eran las localizaciones de todas las clases y tasters del festival. Una de las únicas pegas que puedo poner al festival fue el hecho de que la sala principal del ateneo era muy grande y la acústica (en las clases) resultaba un poco molesta.
En cuanto a las clases, en nivel general (siempre hay algunas más inspiradoras que otras) de lo mejor que recuerdo en un festival de estas características. La mayoría de las clases iban enfocadas a las raíces del Lindy Hop original, aquel baile callejero distanciado del de estudio que ha calado más en los últimos años, donde la importancia del ritmo y la musicalidad primaba antes que las grandes figuras. Trabajamos mucho la conexión en la pareja (siempre permitiendo espacio a tu pareja), la improvisación y el divertirnos bailando sencillo, algo que desde mi punto de vista se vio reflejado posteriormente en las fiestas. La atención tan cercana de los profesores y la homogeneidad del nivel (soy muy fan de las audiciones) completaron la receta, consiguiendo un cóctel perfecto.
Durante las fiestas pudimos disfrutar de L’aula de Jazz Band (Valencia), Swing Shouters (Francia) y Gentlemen & Gangsters (Suecia) , tres bandas que estuvieron a la altura del evento. Tanto la fiesta del miércoles como la del jueves tuvieron menos asistentes y pudimos disfrutar de más espacio para nuestros bailes. Posteriormente llegaron todos los weekend pass y lograron que tanto en la fiesta del viernes como en la del sábado hubiese llenazo.
A parte de las clases, hubo todos los días tasters, principalmente dirigidos al baile individual (jazz vernacular, shim sham, big apple, solo impro…), aunque también hubo slow drag y aéreos, así como demostración por parte de los profesores y competiciones durante las fiestas.
El domingo se puso fin a cuatro días de inmersión en la cultura original del Lindy Hop con una jam en la Spirit donde pudimos compartir nuestros últimos bailes y charlas con profesores (me gustaría hacer mención especial para la cercanía y buen rollo que han demostrado los profesores durante todo el festival, algo que no siempre ocurre) y viejos y nuevos amigos, un cierre magnifico para unos días super inspiradores. Mi enhorabuena a la organización, estamos contando ya los días para que llegue la siguiente edición!!