En noviembre de 2015 conocimos a Abby… nosotros estábamos buscando salas como locos para empezar la aventura de Big Kick y ella estaba, junto a Arkaitz, reformando un espacio en la Rotxapea para dedicarlo a danza, yoga y a enseñar inglés. Nos pareció demasiado bonito para ser verdad, un fantástico suelo de madera, sin columnas, con espejo, un espacio superacogedor, con una decoración con mucho gusto… y encima tenía horas libres en el horario que nosotros queríamos, a partir de las 19:30. Además, tanto Abby como Arkaitz nos encantaron desde un primer momento, de una manera u otra conectamos. Nuestra relación siempre fue fácil.
Big Kick creció junto con Poise, y comenzamos también a dar clases en otros lugares de Pamplona, la Escuela de Teatro, Stylos, Garvo… pero de alguna manera, a pesar de que “sólo” teníamos seis horas a la semana allí, siempre estuvimos ligados a Poise, era un poco también nuestro espacio. Sobretodo, porque ellos siempre nos hicieron sentir como en nuestra propia casa. A pesar de que alguna bronca nos cayó por dejar el aire acondicionado puesto toda la noche por descuido, o por echar más talco de la cuenta en el suelo de la sala (Sorry!).
Nos dio mucha pena dejar Poise, tras surgir la posibilidad de reformar lo que ahora es La Vieja Escuela, pero mucha más pena nos ha dado cuando nos hemos enterado de que Poise cierra sus puertas este mes de octubre. Creo que era un espacio artístico necesario en una zona como la Rotxapea, un soplo de aire fresco al más puro estilo Brooklyn en Pamplona, un espacio para el que, tal vez, la ciudad aún no estaba preparada.
Vamos a echar mucho de menos su decoración, ese sofá, la bancada de cine, los cuadros de Miles Davis y su cortina verde. Sobretodo vamos a echar de menos a Abby, con su perfecto castellano con acento de Ohio y su sonrisa con la que me alegraba hasta los días más duros. Trabajar junto a ella, contarnos nuestras experiencias, nuestras ambiciones, nuestros problemas… siempre ha sido un inmenso placer. Muchísimas gracias por estos tres años.