Andrés y yo recordaremos siempre este otoño de 2015 porque dimos por fin forma a un proyecto que rondaba nuestros pensamientos desde hace tiempo: comenzar una empresa basada en nuestra pasión: el baile.
No partimos con unas expectativas desmedidas, nuestra idea es comenzar poco a poco, pero haciendo las cosas bien, ofreciendo clases divertidas y tratando de compartir nuestra pasión con todo el mundo que pueda estar interesado. Simplemente el hecho de poder decir que somos profesores de baile y que tenemos una escuela de baile, es algo increíble. Hace cuatro años, cuando Gloria y yo descubrimos el Lindy Hop en Nueva Orleans, no podíamos imaginar que llegaria un día en el que me pondría a escribir algo así: he decido aparcar mi carrera como Ingeniero para dedicarme a ser bailarín y profesor de baile… wow!!!
Han sido meses apasionantes, desde aquellas cañas en las que Andrés y yo empezamos a hablar del negocio, pasando por las tutorías y cursos de la Formación Emprende, donde nos ayudaron a centrar nuestra idea , hasta la ayuda y apoyo de todo nuestro entorno: familiares, amigos, parejas y demás…
El proceso de crear una empresa es apasionante: Hacienda, Seguridad Social, Registro de Marca, cuentas bancarias, seguros… es todo un reto, pero un reto que hemos disfrutado plenamente desde el primer día.
Especial mención se merece nuestro diseñador del logo y (aún) amigo Tomeito Ilustrador, que nos tuvo que aguantar hasta que nos pusimos de acuerdo en lo que sería la imagen de nuestra marca.
Y como decía Andrés Calamaro… “y todo lo demás también“:
Agradecer también mucho a Abby Crain y a Poise Pamplona , su disposición y ganas de compartir su espacio con nosotros. La sala es tan buena… y su proyecto es superinteresante e inspirador!
Ójala este maravilloso proyecto funcione genial y podamos crecer y expandir el swing y la cultura swing por toda Pamplona, pero por el momento diremos… QUE NOS QUITEN LO BAILAO!